La actividad comercial en el municipio de Cuautitlán Izcalli es tan amplia y diversa que las autoridades municipales no han encontrado una forma de regularizar a aquellos que adoptaron el comercio informal como una forma de vida y la demanda por generar más espacios, llámese puestos fijos y semifijos, cada vez es mayor, pues la economía así lo requiere. Son necesarios para los que no encontraron una oportunidad de empleo o fueron despedidos.
Han pasado 15 administraciones municipales y no se ha logrado regular esta actividad que, si bien es el sustento de muchas familias, también implica varios factores negativos que molestan a otra parte de la población, como la invasión de áreas verdes y de uso común, así como espacios insalubres y focos de inseguridad, para el caso de zonas con puestos fijos.
Tianguis o mercados sobre ruedas
Existen 83 tianguis que se instalan en todo el municipio, prácticamente cada día de la semana, de lunes a domingo, siendo los de Zona de Bancos, San Judas, Infonavit Norte, Santa María Las Torres, Tres de Mayo, Tepojaco, Niños Héroes y Fidel Velázquez, los de mayor dimensión, con hasta 300 puestos cada uno.
La venta de discos y películas piratas es una constante y que decir de las “chelerías” en que se han convertido también algunos puestos. Muchos comerciantes optaron por vender bebidas alcohólicas, instalando mesas y sillas para sus clientes.
Sobre esto último, ya existe una prohibición en el Bando Municipal en el Artículo XXIV del Capítulo Tercero de las Faltas Administrativas que habla sobre una sanción de 25 a 40 UMAS para quienes ingieran cualquier bebida en vía pública, parques, jardines, áreas deportivas, educativas, espacios municipales; de uso común, instalaciones culturales, tianguis y demás. Es decir, de 2 mil 112 a 3 mil 379 pesos de sanción.
A pesar de ello, se han podido ver que aún hay tianguis como los del estacionamiento del estadio Hugo Sánchez, la Zona de Bancos, las colonias Niños Héroes, Atlanta e Infonavit Norte, que siguen vendiendo; algunos de ellos bajo la fachada de vender refrescos preparados.
Además, la venta de celulares es un tema pendiente. En municipios como Naucalpan y Tlalnepantla, se aprobó prohibir la comercialización de los aparatos toda vez que, en su mayoría, no pueden comprobar su procedencia y dado el incremento en el robo a transporte público cuya
principal afectación para los usuarios es precisamente el robo de sus teléfonos.
En Cuautitlán Izcalli no se ha impulsado una iniciativa de esta magnitud, apenas se quedó en un operativo implementado en el tianguis de los domingos en Infonavit Norte, coordinado entre policía municipal, agentes de la Fiscalía General de Justicia y Guardia Nacional, pero no hay una regulación al respecto en el Bando Municipal.
Puestos Fijos
Se instalan sobre las banquetas, generan fauna nociva, son focos de infección y de inseguridad, son algunas de las constantes quejas de la población pues al querer transitar por las banquetas, los espacios se ven considerablemente reducidos.
Por ejemplo, en la zona de la autopista México-Querétaro, en el puente de Perinorte, los usuarios que esperan el camión deben esquivar los puestos de comida para llegar al paradero. Otro caso más se da en Valle de la Hacienda, sobre la Avenida Huehuetoca, además de las avenidas Primero de Mayo y Jiménez Cantú, en el centro urbano.
Sobre el tema de seguridad, en espacios aledaños a instituciones educativas como la Universidad Mexicana y la Facultad de Estudios Superiores Cuautitlán Campo 1 y 4, los estudiantes han sido víctimas de la delincuencia, aprovechando los ladrones los espacios reducidos que se encuentran entre varios puestos.
Recientemente, de acuerdo a información proporcionada por personal de Vía Pública y del área de Abasto y Comercio, en Campo Uno se logró el reacomodo de los comerciantes. Pasando de tres a dos filas de puestos, dejando así mayor espacio para caminar.
También se retiraron alrededor de 40 puestos metálicos que no contaban con permisos o estaban abandonados de diferentes puntos de la Avenida Primero de Mayo.
Y así son los gobiernos municipales, avanzan y luego se frenan por falta de presupuesto o de voluntad y cuando menos se lo esperan, ya se terminó su periodo y llega una nueva administración con gente nueva que creen descubrir el hilo negro del comercio informal y comienzan a
implementar las mismas estrategias de reordenamiento de siempre; siendo permisibles hasta cierto punto para no dejar sin trabajo y sin comer a cientos de familias que viven de esta actividad.