El mundo vivió un acontecimiento insólito en 2019 y esto, nos hizo replantear la respuesta ante sí la raza humana estaba preparada para una nueva pandemia de magnitudes inimaginables.
Cómo ya se ha mencionado en todos los medios de comunicación desde que surgió esta sepa, es que China fue la incubadora donde el virus se desarrolló, alcanzando a 65 países y alertando a los científicos para investigar sobre todas sus características y formas de contagio.
Daniela de la Rosa Zamboni, académica del Programa Universitario de Investigación en Salud (PUIS), explicó en entrevista para UNAM Global, que el virus proviene de la familia del Coronavirus, llamado así porque visto a través del microscopio electrónico tiene una forma que recuerda a la corona solar.
¿Qué pasa dentro del organismo?
El SARS-CoV 2, es el virus que causa la enfermedad llamada COVID-19, y es capaz de sobrevivir hasta cuatro días fuera del hospedero, dependiendo de la superficie. La primera vía de infección es cuando se toca una superficie contaminada por el virus y luego se toca los ojos, la nariz o la boca.
La segunda vía es cuando caen directamente las gotitas del virus en los ojos, la nariz y la boca; éste se adhiere o pega a las células del aparato respiratorio por medio de las proteínas que tiene en su corona, las cuales requieren de un receptor.
Una vez pegado a su receptor introduce material genético a tales células para la formación de nuevos virus. De esta manera, la misma célula empieza a producir más virus e infecta a otras células.
Pueden viajar por el torrente sanguíneo los virus y llegar a las arterias, las venas y encontrar otro lugar para pegarse y repetir el proceso. Los sitios donde existen más receptores para el virus son, según se sabe, las vías respiratorias, el corazón y los vasos sanguíneos, principalmente los del riñón.
El organismo responde a través de su sistema inmune y tiene una respuesta inflamatoria para eliminar al virus. Es decir, “los guerreros del organismo, que son las células blancas tratan de eliminarlo”.
Todos los órganos donde se encuentra el virus empiezan a dañarse por la misma infección del SARS-CoV-2 y por la respuesta del organismo para tratar de eliminarlos. “Es una respuesta necesaria”.
En algunas ocasiones es tanta la cantidad del SARS-CoV-2 que el sistema inmune, tratando de eliminar al virus, dañan al organismo y puede ocasionar no sólo alteraciones en las vías respiratorias, sino también en otros órganos como en el corazón, los riñones, incluso se ha encontrado que puede llegar al aparato gastrointestinal.
Se han detectado manifestaciones leves en otros sitios como infección en los oídos, es decir otitis, alteraciones del gusto (las personas no reconocen el sabor de la comida) y del olfato o diarrea.
Si el organismo tiene buenas defensas, entre los 7 y 14 días inicia la producción de anticuerpos de respuesta aguda y luego pueden producirse anticuerpos que posiblemente lo protejan. Por ejemplo, si el paciente es joven, sin tantos supuestos receptores y sin enfermedades del corazón y diabetes, lo más probable es que logre eliminar el agente infeccioso.
En el 94% de las personas que tienen SARS-CoV2, la enfermedad pasa desapercibida o como una simple gripa, solo con manifestaciones en el aparato respiratorio superior, toda vez que localmente se elimina al virus y la persona se cura.
Cuando el organismo no responde de forma positiva, se inflaman los pulmones, causando dificultad para respirar y la alteración llega a ser tan grave que el paciente puede requerir terapia intensiva y en ocasiones fallece a pesar del adecuado manejo de los médicos.
Suelen ser mayores de 75 años quienes resultan con mayores complicaciones, padecen enfermedades crónicas como hipertensión, padecimientos del corazón o diabetes. La causa aparente de la incrementada severidad parece ser el mayor número de receptores para el SARS-CoV2.