El pilates requiere de un gran esfuerzo tanto físico como mental, pues esta actividad física es realmente buena para equilibrar la mente y el cuerpo desde casa.
Es por eso que hoy te diremos más a fondo qué son los pilates y cuál es la mejor manera de realizar este entrenamiento y que tu misma o mismo compruebes su efectividad.
¿Qué son los Pilates?
Es un training de movimientos precisos, enfocados principalmente en el control de los músculos del abdomen, los glúteos, los muslos y la espalda baja. Para hacerlos, es necesario estar bien concentrado y en conexión con la mente.
Estos ejercicios de pilates son ideales para mejorar la elasticidad, aumentar la fuerza, controlar la respiración, trabajar el tono muscular y estimular la relajación. Y si eres constante en la práctica puedes calmar los dolores de espalda baja, conseguir un abdomen plano y unos músculos estéticamente tonificados.
Cómo practicar ejercicios de pilates en casa:
Puente estático
Acuéstate boca arriba, flexiona las rodillas apoyando los pies en el suelo, abre el compás al ancho de la cadera y eleva la pelvis para hacer un puente. Las manos van extendidas a los costados como si quisieran tocar los talones. Quédate así durante 20 segundos, concentrándote en el movimiento del diafragma.
Postura en V
Mantente acostado o acostada, pero ahora levanta los talones, flexionando las rodillas hacia ti, estirando las manos hacia atrás e impulsándote con ellas para hacer una especie de abdominal. Cuando estés arriba, extiende los pies hacia arriba y las manos al frente, creando una forma de V con la espalda y las piernas. Luego de unos segundos, baja con la espalda redonda y repite 7 veces más.
Plancha lateral
Colócate como si hicieras una lagartija, mantén el equilibrio en tus cuatro puntos y gira el cuerpo hacia el lado derecho, estirando la mano del mismo lado hacia el techo. Regresa a la posición inicial y repite lo mismo del lado izquierdo. Los pies van a rodar sin que se pisen entre sí. Harás 10 tiempos de este ejercicio en casa.
Mirando hacia arriba
Continúa en posición de lagartija y, ahora, da pequeños pasos hacia atrás, voltea los empeines para que se apoyen en el suelo, deja caer las piernas y saca el pecho. Coloca la cabeza viendo hacia arriba, conserva los brazos estirados por 5 segundos y al final, lleva la cadera hacia atrás, sentándote en los talones para quedar en posición de descanso.