Un alimento que se consume en todo el mundo y que es parte importante de la dieta mexicana, es una planta de que se aprovecha desde el fruto, el tallo y hasta la flor. Hay muchos tipos, pero del que te estaremos contando el día de hoy pertenece al género “cucurbita”.
La cucurbita es la más antigua de las calabazas domesticadas en México, en ella podemos encontrar plantas masculinas y femeninas, el fruto es la calabaza que conocemos y disfrutamos tanto. Mientras que las flores son coloridas con pigmentos anaranjados y en la región central del México las podemos encontrar en cualquier época del año y la protagonista de esta nota.
Una de las principales formas de preparar las flores de calabaza es comerlas y sazonarlas con epazote y sal, sin embargo también las podemos encontrar en platillos tradicionales de la gastronomía mexicana como en quesadillas, sopas y cremas. Un dato curioso, es que México es el país con más recetas en todo el mundo con esta magnífica flor, le sigue Italia, donde las preparan como relleno de ravioles y croquetas.
Por otro lado, su consumo es de beneficio para la salud, ya que es abundante en agua y poca grasa; también tienen calcio, fósforo, potasio, hierro y magnesio, nutrientes que ayudan a las personas en crecimiento o que tienen osteoporosis.
Para una mejor calidad, es recomendable tener un huerto propio en casa para así evitar fungicidas, insecticidas, herbicidas y acaricidas que por lo general se utilizan para combatir plagas, al tener un mejor control en nuestro hogar, evitaremos ingerir químicos que son dañinos. Una vez que la flor esté lista, despréndela, lávala muy bien con agua fresca y con mucho cuidado para no maltratar los pétalos.
Finalmente al ser tan delicadas, no se conservan más de 24 horas en el refrigerador, por lo que es mejor adquirir lo que vayamos a comer.