Por: Arturo Contreras
Una iniciativa ciudadana surgió en la conocida página change.org, pidiendo el reecarpetado general de todo Cuautitlán Izcalli, municipio planeado como ciudad del futuro y que se estancó con el paso de los años, entre baches, gobiernos pocos eficaces y apatía de algunos sectores de la ciudadanía.
Cada gobierno imprime un sello al tema de obra pública, entre pavimentaciones con concreto hidráulico o carpeta asfáltica. Además del tradicional bacheo, que para muchos, solo es un curita o “ahí por mientras”.
La situación sobre la petición de change.org, debería estar acompañada del exhorto a la población para cumplir con el pago de sus impuestos como lo es el predial, el cual, actualmente, no llega ni al 50%. Es decir, solo pagan poco más de 60 mil habitantes en una localidad en la que, según el INEGI, somos más de medio millón de personas.
Y si se considera que en todo Cuautitlán Izcalli hay 5 mil 202 vialidades, entre primarias y secundarias, de acuerdo a datos del Instituto Municipal de Planeación, se ocuparían 88 mil 285 millones 203 mil 890 pesos para obras de pavimentación, lo que se traduce a 34 años del presupuesto total que tiene el Ayuntamiento, en cifras actuales.
Son 11 gobiernos municipales completos los que se tendrían que emplear para lograr esa meta y ya no decirle “Cuautitlán Izcalli: tu casa entre los baches”; eso sin ejecutar ningún tipo de gasto en otras materias como servicios públicos llámese recolección de basura, alumbrado, seguridad, etc.
No hay que decirlo entre líneas para entenderlo, es imposible pavimentar todo el municipio a corto plazo. Y esto considerando que existe un descontento entre la gente, notorio ante el desgaste o decepción que dejaron los gobiernos anteriores, provocando que decidan no pagar impuestos bajo el argumento de “¿pa’ qué?, si aún así se lo quedan”, pero sí caminando con la bandera de exigencia.
Se nos olvida que es una colaboración mutua, nos toca como ciudadanos, ser más participativos, proactivos, informarnos e informar a los demás. Y a los gobiernos, cumplir, adelgazar la nómina, eficientar el gasto, que las empresas usen materiales de calidad y promover campañas de recaudación de impuestos eficaces, mostrando a la gente lo que se hace con su dinero. Un ejemplo muy sencillo es ponerle las placas o laminas de terminación de obras la leyenda: “la calle se pavimentó gracias a tus contribuciones” y no dejarlo solo en los nombres de los integrantes del Ayuntamiento, el nombre larguísimo del fondo etiquetado para esos trabajos o si fue con recursos propios; básicamente: motivarlos.