Amor y unión, la clave de esta familia tultepequense en la elaboración de “toritos”

De cara a la tradicional quema de toritos de la Feria Internacional de la Pirotecnia, Periódico de Izcalli conversó con una familia artesana que ha dedicado más de 20 años a su elaboración y que se encuentran afinando detalles de una pieza con la que participarán en este emblemático evento.

La unión, amor a la pirotecnia y a la familia, han hecho que los Catín Cortés, habitantes del Barrio de Guadalupe, muestren con orgullo su creación: ‘Titánico’, un toro cuyas medidas son 3 metros de largo x 2 de alto, elaborado con cartón, papel periódico, engrudo y algunas piezas hechas con metal y aluminio, el cual tendrá alrededor de mil buscapiés. Este proceso les lleva aproximadamente tres semanas y se requiere una inversión de ocho mil pesos, aproximadamente.

El año pasado ‘Titánico’ fue disfrazado del Chavo del 8. En 2024, portará un diseño de un tiburón, simulando el diseño de los monster trucks, comentó Isaac Catín, el hijo menor de esta familia, quien desde los 12 años se ha involucrado en este oficio

Comentaron que, para realizar los toros, la invitación se hace a todo el municipio, como el barrio de San Juan, San Martín, La Piedad, quienes deciden participar, crean sus piezas como una ofrenda a San Juan de Dios. Sin embargo, hay un proceso: el mayordomo de los toros recibe una aportación y él da los gafetes que acreditan la participación de cada artesano, así lo refirió Emiliano Catín, cabeza de la familia y dueño de Piro Chandys.

Alejandro y Karla, también hijos del señor Emiliano, de igual manera participan en la elaboración del toro, ya sea pintando, realizando los moldes, incluso su yerno se encuentra participando, pues él envuelve con gran habilidad la pirotecnia que se montará.

“El hambre y las ganas de ser alguien fue lo que me impulsó a ser cohetero”, dijo el señor Catín, mientras sostenía el gafete de su participación, pues no sólo se trata de hacerlo, sino que, en Tultepec, poder financiar con propios recursos la construcción de un torito, habla bien del artesano.

Finalmente, Emiliano contó nostálgicamente cómo ha visto decaer el negocio del cohete, pues contó que en años pasados llegaban revendedores a su casa para adquirir los fuegos artificiales, ahora es él el que tiene que ir a ofrecerlos, enfrentándose al regateo. Esto, evidentemente, ha ocasionado que sus ganancias disminuyan, pero no el amor a su oficio.

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