“¿Cómo le explicas a una niña de 5 años que su madre no está?” Familia exige justicia por feminicidio de Lupita

Guadalupe Mireya Alarcón Domínguez tenía 27 años, era madre de tres niñas de 11, 8 y 5 años de edad y vivía en Tultitlán. También se encontraba estudiando la preparatoria en línea porque tenía un sueño: Ser abogada penalista. A lado de ella estaba Jesús, su esposo y compañero de vida, quien desde temprano salía a trabajar para que nada les faltara; ahora se encuentra clamando justicia por Lupita y sus hijas, con ayuda de la familia materna de la víctima, entre ellos María Domínguez.

El pasado 2 de marzo, Lupita fue asesinada dentro de su domicilio, frente a sus tres niñas. La Fiscalía mexiquense emitió un boletín informando que, supuestamente, ella había entablado una discusión con Axel “N”, su primo, y de eso derivo su muerte. Sin embargo, sus familiares aseguraron a Periódico de Izcalli que no fue así, explicando que su muerte pudo ser planeada, ya que un año antes habían tenido pleitos con una de sus tías paternas porque esta estaba inconforme con que el papá de Lupita haya heredado parte de una casa ubicada en el Pueblo de San Francisco Chilpan, justo donde la víctima, a petición de su padre, vivía con sus pequeñas y su esposo.

De hecho, comentaron que, derivado de los golpes, a dos de sus primos paternos los denunciaron por lesiones y derivado de ello, las autoridades les pusieron una orden de restricción a sus primos y tíos. Pese a ello, su malestar habría crecido luego de que Lupita comenzara la construcción de un local, en el que tenían planeado emprender un negocio y con ello mejorar su calidad de vida.

El día de los hechos, según narra María Domínguez, Axel “N” habría entrado de forma dudosa al lugar, sabiendo que Jesús ya se había ido a trabajar, lo que dejaba a Lupita vulnerable con dos de sus hijas (uno no se encontraba en el lugar), y presumen, hay más personas involucradas.

Jesús, su ahora viudo, contó consternado y portando aún su anillo de casado, que vecinos lo alertaron de la presencia de muchas patrullas afuera de su domicilio y de una persona que era perseguida, la cual estaba saltando en las azoteas de otras casas. Una vez que volvió se encontró con la triste noticia. Al entrar a su casa vio a sus hijas, pero cuando preguntó por su esposa le notificaron que ya estaba muerta.  

Ahora su familia clama justicia y solicitan a las autoridades que esclarezcan el caso, pues temen por su integridad, especialmente por las menores. En tanto que Jesús, sigue sin poder creer todo lo que ha vivido en estas dos semanas, su esposa quería ser abogada porque estaba harta de las injusticias, pero alguien truncó sus sueños por “ambición” y de paso dejó a tres niñas sin su madre.

María Domínguez, relató que la niña de 5 años, también presente en el feminicidio, se tapó sus ojos, pero escuchó todo, “la veo ida”, comenta su tía abuela y cuestiona “¿Cómo le explicas a una niña de 5 años que su mamá ya no está?”, porque no saben de qué forma una niña tan pequeña puede procesar la forma en la que partió Lupita, lo único que les queda y que esperan es que tenga justicia y como muchos otros casos de feminicidio en México desean que su caso no quede como “uno más”.

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