Floreciendo en un círculo de mujeres; crónica la reconexión con la energía femenina

Con flores, vestidos, tapetes y trajes de baño, se reunieron mujeres de distintas edades y municipios cercanos a Cuautitlán Izcalli, el pasado 7 de abril al círculo de mujeres, organizado por Lis, Lidia y Laura Vásquez, “Floreciendo” entre árboles, pasto y agua, en una hacienda del Pueblo Mágico de Villas del Carbón.

A este lugar, a partir de las 9:30 de la mañana comenzaron a llegar mujeres adultas, jóvenes y niñas con hermosos vestidos floreados, con huaraches y tapetes. Algunas tomaron un ligero desayuno, platicaron del viaje y recibieron la indicación de la organizadora para asistir a una sala con una libreta, pluma y otros materiales.

En una sala adornada, alrededor de una figura de mujeres tomadas de los brazos y círculos con pétalos de flores de distintos colores, se fueron acomodando una por una las mujeres, con sonrisas y un aroma de incienso en el aire.

Corona de flores

Con tapetes alrededor de los círculos de colores, cerca de las 11:00 de la mañana, alrededor de treinta mujeres bajo las indicaciones de la coordinadora del evento, debatieron las definiciones y anotaron virtudes de la energía masculina y femenina, así como creencias inculcadas dañaban la autopercepción de tienen de ellas mismas.

Debido a contratiempos con el autobús que había sido contratado para transportar a más mujeres, estas llegaron a la mitad de dicha actividad, sin embargo, con organización y paciencia, se logró concluir la dinámica a buen tiempo, con alrededor de 200 personas del género femenino en el salón.

Fue a cerca del mediodía que, Belén Reyes, dio guía en la creación de una corona de flores, una manualidad que hizo cada una de las asistentes de manera individual, aunque con el apoyo o cooperación de las mujeres a su alrededor, ya que entre ellas se compartían hilos, flores y ramas para crearla.

Esta actividad, de acuerdo a la presentación de la que encabezaba, tenía un significado especial, pues cada una de las flores significaba una mujer de su familia; representaba la unión de este linaje al cual le agradecían lo positivo y se despedían de lo negativo que este dejó, para después ser compartido por algunas del círculo.

Al concluir sus coronas, en parejas se coronaron entre ellas y al hacerlo reconocían virtudes de sus compañeras, se abrazaban, algunas lloraban y se repitió eso con mujeres que no conocían para unir más al círculo.

Alrededor de las 1:30, la intervención de la guía espiritual, Lidia Vásquez, quien dio a las mujeres las indicaciones para realizar una meditación guiada, para que en esta pudieran conectar con la versión de 5 años de ellas mismas y resignificar el concepto de ser mujer.

Sesión de Crioterapia

A partir de las 2:00 de la tarde, grupos de veinte parejas se reunieron en la sesión de crioterapia en la periferia de una alberca con hielos en ella, el agua en ella estaba en el límite de temperatura más bajo al que podía entrar una persona práctica a este tipo de terapia.

Mientras tanto, las demás mujeres estaban distribuidas por la hacienda, en la alberca, en las palapas, en el pasto, en el jacuzzi con agua termal o simplemente tomando el sol para agarrar calor después de la sesión de crioterapia.

Picnic

A las 4:00 de la tarde, todas volvieron al salón, alrededor de los círculos de colores, con un espejo en sus manos y toallas húmedas, en esta dinámica, Lis Vásquez, le destacó que el momento lo más importante del día, ahora puede ser al desmaquillarse y quedar cara a cara frente a quien es cada una, admirar y valorar la belleza e identidad que ellas poseen.

De las 4:30 en adelante, las mujeres tuvieron oportunidad de compartir entre todas alimento, en grupos se reunieron con manteles haciendo picnic en la hacienda con sus vestidos y sus coronas, amigadas de nuevo con su lado femenino.

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