En el marco de la conmemoración por el Día de la Mujer, es posible ver el avance o estadísticas que se tienen a nivel internacional, nacional o local respecto a la violencia de género, un mal que permea en todos los estratos sociales. La Organización de las Naciones Unidas (ONU) estima que, alrededor del mundo, 736 millones de mujeres han sufrido algún tipo de violencia, es decir, 1 de cada 3.
Los “micro-machismos” o “micro-violencias” son apenas un esbozo de cómo puede escalar la violencia, la cual nunca disminuye siempre incrementa, señaló el Instituto Politécnico Nacional (IPN) al presentar el violentometro.
Periódico de Izcalli entrevistó a Ana Elena Contreras, integrante de la colectiva ‘Las del Aquelarre Feminista’, la cual se dedica a realizar ciberactivismo y se definen también como “evolucionistas”, para conocer cómo es que se desarrollan este tipo de violencias, cómo apoyar a las personas que son víctimas y no pueden abandonar alguna relación, así como el papel del hombre en la lucha feminista.
Las “red flags”
Las llamadas banderas rojas, que sirven para identificar conductas violentas en una relación, no solo se pueden identificar en relaciones sexo-afectivas, mencionó Ana Elena, sino en relaciones con otras mujeres. “Hombres o mujeres estamos replicando actitudes patriarcales”.
Una red flag es culpabilizar a una víctima por no poder salir de una relación utilizando frases como “amiga date cuenta”, puntualizó la activista, pues explica que la responsabilidad debería atribuirse a quien ejerce violencia sobre la persona afectada.
“Libertad, no libertinaje”, esta frase explicó Contreras se refiere al constante control sobre las mujeres, señalando que se cuestiona las libertades que se han adquirido. Tal como ocurre con el movimiento feminista, al que “se le obliga a maternar otras causas”, comentó y añadió que, si bien es para todas, todos y todes, subrayó que las sujetas políticas son las mujeres, por ello la agenda se centra en los derechos de las mujeres y niñas.
“Micro-machismos”
Para este término, Ana Elena explicó que no solo se ejerce por parte de hombres, sino las mujeres también replican estas conductas, precisando que “el término sororidad se ha romantizado”, ya que hay chicas que ejercen violencia en contra de su mismo sexo, a estas les llamas “guardianas del patriarcado”. Sin embargo, es válido no ser sorora con quien te hace sentir mal, agregó.
“Hay que estar atentas a cómo el discurso feminista se patriarcaliza”, refirió Ana Elena, explicando que utilizan ciertos discursos del feminismo para volver a violentar a las mujeres, como ocurre en las relaciones poliamorosas por una cierta resistencia a “generar vínculos responsables”, “¿cuántos chavos no andan en Tinder diciendo que tienen una relación abierta, cuando sus parejas no lo saben?”.
La infidelidad entonces es una forma de violencia, agregó la activista, pues se rompen acuerdos y límites, dándole a la persona la libertad de hacer de la víctima lo que quiera.
Violencia psicológica
“Confía en tu instinto. Aquello que te incomoda, te hace sentir mal y te lastima de alguna manera”, son rasgos muy puntuales para identificar que sufres violencia psicológica, detalló Ana Elena.
En ese sentido, contó que es importante escuchar siempre a las víctimas, pues cuando se acercan a las colectivas pareciera que tienen más confianza de hablar con alguien que no las conoce, porque no las juzgará. Las colectivas feministas se encargan de canalizarlas a los espacios adecuados para que reciban atención psicológica o asesoría jurídica, y si hay un delito que denunciar, se les da acompañamiento a las fiscalías”.
Asimismo, la activista reiteró que la ayuda es vital para las víctimas, pues muchas de ellas se encuentran en una situación que nos les permite salir de manera oportuna, como lo económico o la falta de redes de apoyo. “Hay que ser compasivas […] más allá de lo que se pueda hacer legalmente, hay que escuchar una y otra vez. Las víctimas nunca serán culpables de la violencia que reciben”, recalcó.
Terminar con la revictimización en las instituciones
Pese a que a los servidores públicos se les obliga a capacitarse en materia de atención a víctimas de violencia de género, las políticas públicas se quedan en el papel, instó Ana Elena, pues las mujeres al denunciar se enfrentan al machismo “enquistado” en las instituciones.
Para ello, Contreras recomienda siempre denunciar en el teléfono rojo las malas prácticas de los servidores, pues el acceso a la justicia no debería ser algo que solo se asienta en un papel.
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