COLUMNA| ¿Qué tan cerca estamos de una emergencia? Recomendaciones ante un accidente con materiales peligrosos

Por Rodrigo Chinchilla

El accidente reciente de una pipa de gas en la Ciudad de México nos recuerda que los riesgos no siempre están lejos: a veces, circulan todos los días frente a nuestras casas. La mayoría de las personas no estamos acostumbradas a pensar en fugas, explosiones o sustancias tóxicas, hasta que es demasiado tarde. Y sin embargo, vivimos rodeados de infraestructuras que pueden representar un peligro si no se manejan adecuadamente.

No se trata de vivir con miedo, sino con consciencia. En México, los materiales peligrosos más transportados son líquidos (como gasolina y gas LP), seguidos por gases comprimidos, y en menor medida sólidos peligrosos. Los accidentes aumentan en temporadas de lluvias y en invierno, posiblemente por el mal estado de las vialidades. Y según el SETIQ (Servicio de Emergencias en Transporte de la Industria Química), la mitad de los accidentes involucra autotanques, seguidos por dobles semirremolques, cajas secas e isotanques.

¿Qué hacer ante un camión que transporta materiales peligrosos?

Muchos de estos vehículos llevan rombos, o pictogramas, de colores con números. Esos números corresponden a códigos internacionales que indican el tipo de sustancia que transportan. Por ejemplo:

  • Gas LP: UN 1075
  • Gasolina: UN 1203
  • Nitrógeno: UN 1066
  • Oxígeno: UN 1072
  • Plaguicida con fosfato de aluminio: UN 3048

Ante un accidente o fuga, la Guía de Respuesta en Caso de Emergencia (Guía Naranja) —publicada por la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT), en colaboración con la industria química de México, Estados Unidos y Canadá— establece protocolos de seguridad para la ciudadanía y los cuerpos de emergencia. Las recomendaciones para primeros respondedores están en función de la sustancia o material peligroso, a continuación, se mencionan algunas generales con base en gas LP y gasolina:

  1. Llamar al número de emergencias local o al SETIQ (01 800 00 214 00).
  2. Aislar la zona al menos 100 metros (y hasta 800 metros si el derrame es grande).
  3. Evacuar hacia zonas altas y mantenerse con el viento a favor.
  4. Evitar encender motores o cualquier fuente de chispa o flama.
  5. Tener especial precaución con alcantarillas o espacios cerrados, ya que muchos gases son más pesados que el aire y se acumulan en el suelo.
Imagen 1. Pictogramas para identificación del tipo de material peligroso. Obtenida de: https://assets.cpg-europe.com/cms/media/fqbj0ik4/pictogramas-de-peligro.jpg?rmode=max&width=500

Cuando hablamos de seguridad, no solo se trata de responder a emergencias, también de diseñar para evitarlas. Asegúrate de que en casa, escuela u oficina:

  • Los pasillos y salidas de emergencia estén libres de obstáculos.
  • Las puertas tengan dimensiones adecuadas para evacuar fácilmente.
  • Tener señalización visible y accesible.
  • Participar en simulacros y saber qué hacer o a dónde ir.

Además de protegernos de los riesgos, vale la pena pensar en cómo reducir nuestra dependencia de estos materiales peligrosos.

Actualmente, el 93% de la energía en México proviene de fuentes no renovables, muchas de ellas altamente contaminantes y riesgosas. Sin embargo, estudios como el de ProMéxico estiman que tenemos el potencial de generar 27.5 veces más energía que la que consumíamos en 2013, solo con fuentes renovables. Y además, a nivel mundial, las energías limpias tienen muchísima menor tasa de accidentes comparadas con los combustibles fósiles.

Y si ya estamos hablando de lluvias, vale la pena recordarlo: la intensidad de las precipitaciones va en aumento, y eso implica riesgos… pero también oportunidades. Aprovechar el agua de lluvia en vez de dejarla ir por el drenaje o esperar pipas es una forma más de habitar con inteligencia y autonomía.

Cada paso por más pequeño que sea agrega valor a nuestra vida: tomar una ducha de 5 minutos para reducir el uso de combustibles fósiles, cambiar a energía solar, conocer nuestras rutas de evacuación o simplemente entender qué significan los números en los camiones que pasan cerca, estamos diseñando una vida más segura. Y eso no requiere ser experto. Solo informarnos y actuar con criterio. Porque sí: los riesgos existen. Pero también existen las soluciones.

Ingeniero civil con maestría en ingeniería ambiental, soy un entusiasta del desarrollo de infraestructura para mejorar la calidad de vida integrando tecnología y respeto por el entorno natural.

Considero que estamos en un punto de inflexión en el que se debe de balancear el progreso con la preservación de los ecosistemas. He enfocado mi trayectoria profesional en el desarrollo de proyectos arquitectónicos, desde el diseño hasta la construcción, con el objetivo de realizar propuestas modulares, funcionalistas y con soluciones bioclimáticas.

Soy cofundador del taller cerocerocero, donde combinamos arquitectura, ingeniería y visión artística,y profesor de asignatura en la Facultad de Ingeniería de la UNAM, donde comparto con nuevas generaciones la importancia de innovar sin perder de vista el planeta.

Dejar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

error: Content is protected !!
Scroll al inicio