Pam’s Galletas y Más: el dulce accidente conquista a Izcalli

Hay historias que nacen entre harina, azúcar y casualidades.
La de Pam’s Galletas y Más es una de esas joyas que confirman que a veces los tropiezos, literalmente, te ponen justo donde debes estar.

Gaby, su creadora, no soñaba con ser repostera. Era una godín que se movía entre juntas y pendientes. Hasta que un día, un accidente doméstico le cambió el rumbo: se rompió un dedo del pie y tuvo que quedarse en casa. Lo que parecía una pausa terminó siendo el arranque de algo grande.

“Empecé haciendo galletas decoradas para amigos, solo por pasar el rato”, cuenta con una sonrisa. “Luego me empezaron a pedir más, y de pronto me di cuenta de que podía vivir de esto”.

Era 2011. Desde entonces, Pam’s Galletas y Más ha endulzado eventos, cumpleaños, baby showers, bodas, reuniones y antojos de media tarde en todo #CuautitlánIzcalli y sus alrededores.

🧁 De las galletas a un universo repostero

Aunque comenzó con galletas decoradas, su talento fue expandiéndose hasta crear un catálogo que parece sacado de un sueño pastelero:

Pasteles personalizados (para 5, 10 o 20 personas) con decoraciones que combinan color, detalle y una precisión casi artística.
Cupcakes y pasteles de cupcakes, pequeños pero con una explosión de sabor.
Galletas de acuarela, pintadas a mano con diseños que parecen mini lienzos comestibles.
Kits para decorar, pensados para que niños y adultos experimenten el placer de crear su propia galleta perfecta.
Cakepops, magnumpops y macarons para los amantes del detalle fino.
Y su línea de repostería tradicional: roles de canela, panqués, pays y esas galletas tipo americana chonky que se derriten en la boca.

“Me gusta que todo tenga ese toque casero, pero con presentación bonita, como si te lo hiciera tu amiga que sabe hornear increíble”, dice.

👩‍👧 Repostera, mamá y todóloga

Gaby trabaja desde su taller en Arboledas de San Miguel, y aunque parece una producción profesional, todo se hace ahí, con sus manos y su creatividad.
“Trabajo sola. Por eso pido tres semanas de anticipación para pedidos personalizados. Me gusta dedicarle tiempo, que cada pastel tenga su historia”, explica.

Entre moldes, glaseados y masa, también cría a sus hijas. “El reto más grande ha sido combinar mi maternidad con mi emprendimiento sin morir en el intento”, confiesa. “Hubo un momento en que

ya me empezaban a reconocer, pero vino mi embarazo y pausé todo. Volver a levantarlo fue difícil, pero lo logré”.

Hoy, su marca es sinónimo de constancia y amor por lo artesanal.

🎂 Del pedido al antojo

Quienes conocen su trabajo saben que no hay pastel igual. Algunos clientes llegan con ideas sacadas de Pinterest, y Pam las transforma en versiones únicas, adaptadas a su estilo y materiales.
“Siempre trato de darle mi toque. Hay quienes me dejan libertad creativa, y eso se agradece un montón, porque ahí es donde realmente puedes crear algo mágico”.

Los precios varían según el producto, pero la gama va desde un cakepop de $20 pesos hasta pasteles personalizados que rondan los $1,700 pesos, pensados para reuniones pequeñas o momentos íntimos.

Las entregas se hacen directamente en su taller, aunque también se puede coordinar envío con Uber o plataformas de envío.

Y si te gana el antojo sin querer esperar semanas, Pam´s tiene presencia en la tienda “Yo Recomiendo”, dentro de Multiplaza Izcalli y Plaza San Miguel, donde puedes encontrar sus galletas chonky, kits para decorar y más delicias listas para llevar.

🌟 Un dulce con alma

Gaby no solo vende postres; vende momentos.
Detrás de cada pastel hay una historia: una mamá que quiere sorprender a su hijo, una pareja celebrando un aniversario, un grupo de amigos compartiendo risas.

Y tal vez por eso su emprendimiento ha durado más de una década: porque cada producto tiene alma, porque detrás hay una mujer que convirtió un accidente en propósito, y porque sigue endulzando la vida con sabor, color y corazón.