La ambición climática de México ante la COP30

Por: Rodrigo Muñoz Sánchez

La 30° Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas para el Cambio Climático se celebra del 10 a 21 de noviembre de 2025. Imagen: en-off.cl

En 2015 los países del mundo firmaron el Acuerdo de París, donde se comprometieron a mantener el incremento de temperatura debido al cambio climático por debajo de 2°C e idealmente 1.5°C, y así evitar los peores daños. Cada año se celebra la Conferencia de las Partes (COP), cuya 30° edición se está celebrando del 10 al 21 de noviembre en Belén, Brasil, donde se negocian los detalles de implementación del Acuerdo de París y se establecen planes de acción. Cada país debe presentar cada 5 años su plan de gestión integral del cambio climático, conocido como Contribución Nacionalmente determinada o NDC, que incluya tanto mitigación (reducir emisiones de gases de efecto invernadero para evitar el aumento de temperatura) y adaptación (ajustarse a la nueva normalidad de un clima más caliente y un entorno cambiado), así como los medios de implementación de estos compromisos. En el 10° aniversario del Acuerdo de París, todos los países deben someter la actualización de sus NDC reflejando la mayor ambición posible.

México ocupa el 11° lugar en emisiones, aportando el 1.34% del total global, mientras que cada mexicano emite 3.5 tCO2e/año, un valor inferior a las emisiones per cápita globales promedio. Esto refleja la encrucijada nacional de las responsabilidades globales comunes pero diferenciadas: el país está entre los mayores emisores, y por otro lado los mexicanos tienen un estilo de vida menos intensivo en carbono que el promedio global. Sin embargo, cada tonelada adicional de carbono emitida a la atmósfera genera un daño cuantificable y cada décima de grado evitada importa. Dado que México es altamente vulnerable a los impactos del cambio climático, la mitigación representa no solamente una responsabilidad frente a la comunidad internacional, sino también una prioridad fundamental para el país.

Las NDCs tienen que establecer objetivos ambiciosos, justos, y realistas. Imagen: Naciones Unidas

México tiene la capacidad y la responsabilidad de realizar una descarbonización profunda de su economía hacia mediados de siglo para contribuir con el esfuerzo planetario de la lucha contra el cambio climático y el cumplimiento del acuerdo de París. Esta mitigación es costo efectiva y traería múltiples cobeneficios a la adaptación ante el cambio climático, además de evitar los impactos y daños de un mayor aumento de la temperatura global. La toma de decisiones basada en la evidencia científica es fundamental para establecer objetivos justos, ambiciosos y realistas. Para la formulación de la NDC 2025 y la política climática mexicana, los académicos hemos recomendado establecer un límite máximo de emisiones netas de 366 MtCO2e en 2035 y alcanzar cero emisiones netas en 2055.

Para lograr estos objetivos de mitigación, un precio al carbono se debería establecer en no menos de $65 dólares por tCO2e mitigada en 2030 y entre $104 y $115 en 2035. Las oportunidades inmediatas y efectivas para mitigar se encuentran mayoritariamente en los sectores de generación de energía eléctrica, industria, residuos y transporte. Aumentar la capacidad instalada y transitar a una matriz eléctrica basada en energías limpias es fundamental para permitir la descarbonización de la industria y del transporte, mientras la única medida capaz de revertir el crecimiento de emisiones en agricultura y ganadería es la adopción de dietas sostenibles.

México puede ser líder regional en la gestión integral del cambio climático con un enfoque de cero daños netos que promueva la justicia climática. La mitigación de las emisiones es un pilar fundamental de este enfoque para evitar daños y transformar la economía hacia un camino de desarrollo bajo en emisiones que genere prosperidad compartida.

Este texto resume los hallazgos del Programa de Investigación en Cambio Climático (PINCC) de la UNAM para la generación de políticas basadas en la evidencia científica.

Rodrigo Muñoz

Rodrigo Muñoz es Ingeniero Civil y doctorante en Ciencias de la Tierra por parte de la UNAM. Es profesor en la Facultad de Ingeniería en la UNAM, cofundador de una empresa de proyectos de energía fotovoltaica, ha participado en reportes para la UNESCO y  BRICS, y ha sido consultor en el Senado en política ambiental. Trabaja con temas de energía e impactos del cambio climático.

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