Indudablemente no es una confesión fácil de escuchar, pero antes que nada toma las cosas con calma, evita juzgarla por lo que ya hizo.
Conversa con ella sin alterarte, hazlo desde el amor que le tienes, piensa que debe tener muchas dudas, incluso miedo y quién mejor que su madre para aconsejarla.
Date un momento para digerir el asunto y ordenar tus pensamientos si necesitas, pero que no sea demasiado, debes pregúntarle cómo se sintió, si fue algo que disfrutó, si lo hizo porque ella lo decidió o por sentirse presionada de alguna manera, si está enamorada, procura que entienda que, aunque la conversación se torne incómoda, debes saber éstas y otras cosas porque la sexualidad no es mala , pero es un tema serio. Es importante que :
Encaren el tema y pídele que responda si:
Uso condón, cuál fue la manera en que lo usó (asegúrate de que fue la correcta).
Ingirieron alguna bebida o sustancia antes de tener relaciones.
Planea iniciar una vida sexual activa, para que juntas elijan un método anticonceptivo y planeen una visita al ginecólogo.
Dale seguridad y consejo:
Si tu hija acude a ti y te lo cuenta, respeta su intimidad y no esperes a que entre en detalles más específicos.
Háblale en términos generales y enséñale que la sexualidad es un proceso y resultado de amor entre dos personas que se vinculan y que la mejor manera de experimentar su sexualidad es hacerlo siempre responsablemente, oriéntala para que no permita que la presionen o forzen a nada en lo que no esté de acuerdo.
Agradécele la confianza por contarte:
Sé empática con ella, no le prohíbas volver a tenerlas, ni la amenaces, porque esto sólo hará que se rebele en tu contra y puede ser contraproducente.
Tal vez es conveniente que impongas las reglas necesarias para su comportamiento a partir de éste punto.