Indudablemente, uno de los elementos que no puede faltar en las ofrendas de Día de Muertos es el papel picado, el cual no cumple sólo la función de adornar, sino que tiene un significado muy interesante.
La cuna del papel picado es Huixcolotla, Puebla, ya que se obligaba a los peones de este pueblo a comprar sus productos en las haciendas, entre ellos el papel proveniente de China, mismo que transformaban en sus ratos libres y vendían en zonas cercanas. Esto lo llevo a convertirse en Patrimonio Cultural de dicha entidad.
En ese sentido, además de representar al viento y una conexión con el inframundo, sus colores tienen un significado especial:
Blanco: Pureza de los niños que no nacieron.
Naranja: Luto y respeto por los difuntos. Se cree que es el único color que ven los muertos.
Morado: Hace referencia a la religión católica, tiempo para “guardar”.
Azul: Representa a quienes murieron por causas relacionadas con el agua.
Rojo: Hombres que fallecieron en la guerra y mujeres murieron durante el parto.
Verde: Para quienes murieron jóvenes.
Amarillo: Simboliza a quienes perecieron ancianos.
Negro: El color del inframundo.
Rosa: Encarna a la tierra mexicana.
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