Entre Líneas, por: Arturo Contreras
El municipio de Cuautitlán Izcalli fue proyectado desde sus inicios para ser una “Ciudad Modelo”. Los que vivimos aquí sabemos que no estamos en Suiza, pero tampoco es que nos estemos cayendo a pedazos. Yo pienso que se trata del “hijo deseado” en el Estado de México, pero que poco a poco fue perdiendo interés de sus padres y madres.
Véase como el adolescente que cuando empezó a generar problemas, pues literalmente se dejó de lado. Hay quienes dicen que el terremoto de 1985 en la #CDMX marcó un antes y un después para la Casa Entre los Árboles, pues se cree que de ahí surgió un crecimiento urbano desmedido por el temor de la población en aquel entonces, migrando a un nuevo lugar para poder tener en donde vivir.
La gente de acá tiene múltiples talentos, capacidades y cualidades para destacar a nivel nacional e internacional. Es un municipio muy rico en varios sentidos. En el aspecto cultural, académico, deportivo, gastronómico, natural, logístico, político y en medios de comunicación. No todo es malo, a diario se puede ver a izcallenses que salen a romperla para llevar el sustento a casa y para cumplir sus sueños.
¿Qué le falta a Cuautitlán Izcalli para poder retomar su rumbo?, yo veo varias cosas. Desde la necesidad de que su población deje atrás la apatía, hasta que los múltiples personajes de la política, de todos los partidos, dejen de ver como negocio los cargos públicos. Cuando el ciudadano se interese más y exija más, obligará a sus representantes populares a rendir más cuentas.
Por lo pronto nos queda disfrutar de una ciudad que cumple sus primeros 50 años de vida. Toca cuidarla y aportar nuestro granito de arena para que sea mejor. No todo es culpa de las y los presidentes que han pasado. El reparto de culpas puede ser un ejercicio medianamente burdo. Hagamos lo que está en nuestras manos, seamos responsables de eso.
Todavía se puede ver salir el sol entre los árboles.