El ayuno intermitente, ¿qué es y cuáles son sus beneficios?

Cuando se trata de nutrición, existen 2 temas que dividen a la mayoría de la población actualmente: la importancia y necesidad de desayunar o no, y si sirve de algo o no el ayuno intermitente. Pues a pesar de que por años una infinidad de expertos mencionaban la importancia que tenía el desayuno en la salud, ahora, se ha puesto en boga el ayuno intermitente (en concreto, el ayuno 16/8).

Por lo cual, en este artículo hablaremos de este tema, qué es y cuáles son sus beneficios.

¿Qué es?

Es un protocolo basado en dos fases: la primera de 16 horas de duración en la cual no se va a ingerir ningún alimento (generalmente suele coincidir parte de ese tiempo con el periodo que se dedica a dormir, para hacerlo más llevadero) y una “ventana de alimentación” de 8 horas, en las cuales se repartirán las calorías que se deben ingerir en el número de comidas que se deseen, aunque lo normal suele ser entre tres y cinco comidas para ese tiempo.

Según Martin Berkhan, creador del Protocolo Lean Gains, durante el periodo que se marque el ayuno, no se podrá ingerir nada que sume calorías al organismo, pero esto no significa que no podamos tomar absolutamente nada. De hecho, Berkhan comenta que podemos tomar café (preferiblemente sólo o con un chorro muy pequeño de leche).

Lo ideal es que el periodo de ayuno coincida con las horas que se dedican a dormir, para que de esta forma se pase parte de ese tiempo durmiendo y sin sentir esa llamada del hambre que en los primeros días es posible sentir molestias al no estar acostumbrados.

Beneficios

Dentro de los beneficios que otorga el ayuno crónico reduce la obesidad, la hipertensión, el asma y la artritis reumatoide. Por lo tanto, tiene el potencial de retrasar el envejecimiento y ayudar a prevenir y tratar enfermedades mientras se minimizan los efectos secundarios causados ​​por las intervenciones dietéticas crónicas.

¿Cómo se realiza?

Evidentemente, si nunca antes has realizado un protocolo de ayuno intermitente, lo peor que puedes hacer es comenzar directamente realizando el protocolo de ayuno intermitente 16/8 (16 horas de ayuno y ocho horas de ingesta) porque lo más probable es que acabes sucumbiendo al hambre. Por lo que se recomienda comenzar con el protocolo 12/12 (14 horas de ayuno con 10 horas de ventana de ingesta de alimentos) durante al menos una semana o dos para que el cuerpo pueda comenzar a acostumbrarse y el cambio no sea tan brusco.

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