Por: Arturo Contreras
Por más que PAN, PRI y PRD quieran minimizar el triunfo de Morena en cuatro estados, tras las elecciones del pasado domingo 5 de junio, se confirmó la preferencia del electorado a nivel nacional. La balanza se inclina hacia la 4T. Ya gobiernan en 22 entidades de las 32 de la República. Triunfar en 4 de 6, es claramente arrasar con el rival aunque adopten el discurso mediocre de “no lograron las 6 de 6”.
La oposición se está viendo muy chiquita frente al partido que nació en el 2014 y que en 8 años ya provocó que el Revolucionario Institucional se quede nada más con dos gubernaturas, misma cantidad que Movimiento Ciudadano. Poco a poco los van borrando del mapa y todavía se atreven a decir que “hay tiro para el 2024”.
Y a pesar de parecer desorientados, los azules, rojos y amarillos hoy mostraron un mensaje de “unidad”, al confirmar que la colación “Va por México” sí va para el 2023 en Edomex y #Coahuila. A ver cómo deciden a su representante.
Sin embargo, en Morena no deberían echar las campanas al vuelo. Ya veo a muchos festejando que en 2023 van a ganar en el Edomex. Cantando que el PRI va a desaparecer. Que si la alianza Prianredista amorfa, que si no hay PRI que dure 100 años, etc. Pero yo me pregunto, ¿De verdad no se darán cuenta que su victoria tiene una mancha muy grande?
Hay que abrir bien los ojos. Llevaron al poder a dos ex priístas: Julio Menchaca, en Hidalgo, y Américo Villareal, en Tamaulipas. Entre líneas se nota que hacen buen uso de la frase “en la guerra y en el amor, todo se vale”, aplicándola en la política. El asunto es grave y un tanto hipócrita. De los hoy 22 mandatarios estatales morenistas, 8 militaron en el PRI entre 9 y 35 años.
Morena sigue aceptando camaleones. ¿O apoco nos vamos a creer el fenómeno de “purificación”?, mejor cantamos: “Cama, cama, cama, camaleón… yo soy el camaleón. A mí me dicen el camaleón porque cambio de color, para cada situación yo tengo un color mejor”.