El pasado 1 de diciembre, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), declaró al arte ecuestre mexicano de la charrería, como patrimonio inmaterial de la humanidad.
El comité intergubernamental del organismo lo decidió así al considerar que esta práctica tradicional es un elemento importante de la identidad y el patrimonio cultural de México, además la UNESCO consideró que la charrería es un medio para transmitir valores a las nuevas generaciones.
Del mismo modo, la charrería es considerada un deporte nacional en el que hombres y mujeres vestidos con sombreros y trajes de charros lucen su dominio del caballo. Se sabe que un charro es un maestro en el manejo del ganado mayor. Las suertes charras vienen de la doma de caballos o de la captura y el arreo de reses.
Después de la Revolución Mexicana, los charros convirtieron sus actividades campiranas en deporte y fiesta. Siendo Jalisco el principal escenario de este arte; en su vasto territorio se tiene constancia de aproximadamente 130 asociaciones registradas, de las 900 que pertenecen a la Federación Mexicana de Charrería.
Es importante mencionar que desde el año 2010, la Asociación Nacional de Charros, realizó un arduo trabajo para lograr este reconocimiento. Uno de los documentos más importantes que integran el expediente oficial presentado a la UNESCO es el Plan de Salvaguarda, elaborado por socios de diversas asociaciones, en conjunto con representantes de la comunidad artesanal y el respaldo de los gobiernos de Jalisco, Estado de México y Ciudad de México.
Dicho Plan de Salvaguardia incluye medidas como la creación de un Conservatorio de la Charrería, conformado por diversas instancias gubernamentales, académicas y de la sociedad civil, como la Secretaría de Cultura, la Secretaría de Educación Pública, los institutos de Investigaciones Históricas, Estéticas y de Investigaciones Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México; el Instituto Nacional de Antropología e Historia, la Federación Mexicana de Charrería, el Instituto Nacional de Bellas Artes, el Instituto Mexicano de la Juventud y el Instituto para la Mujer, así como por miembros de la comunidad charra.