Según un estudio publicado por la organización “Mexicanos Primero”
Las únicas mejoras entre una escuela privada y una pública son que “hay papel en el baño y un maestro en el salón”, así lo señaló David Calderón, presidente de la organización “Mexicanos Primero”, quien apuntó que el 80 por ciento de las escuelas privadas no tienen la calidad de enseñanza necesaria, tienen instalaciones limitadas y “no son una opción” para las familias de un ingreso medio o bajo.
Según el estudio presentado esta semana por la organización, “Estado de la Educación en México 2017”, se advierte que la educación en el país no es incluyente, lo que afecta también a las escuelas de paga.
Para que una escuela sea incluyente, debe tener capacitación de los maestros, instalaciones adecuadas, escuchar la voz de los alumnos y calidad en los aprendizajes, señaló la organización.
“Mexicanos Primero”, estima que existen poco más de 23 mil planteles privados en el país, y cifras del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE), apuntan que, incluyendo a la educación media superior, existen poco más de 34 mil.
“Hay que recordar que buena parte de las escuelas privadas, alrededor del 80 por ciento de las escuelas privadas, son de bajo costo, y eso significa que sus servicios son también precarios”, explicó David Calderón, director de la organización.
“Cuando hablamos de escuelas privadas en la ciudad nos imaginamos escuelas grandes; pero la típica escuela privada de México tiene cinco grupos, tiene 10 maestros, instalaciones muy limitadas”, comentó.
Explicó que los padres y tutores eligen una escuela privada de baja calidad, en lugar de una escuela pública, debido a la percepción que se tiene de éstas últimas.
“Hay el prejuicio de que la escuela privada es mejor que la pública…pero eso casi nunca es cierto”.
Los padres sienten que, debido a que les ofrecen a sus hijos una educación que tiene un poco de costo para ellos, el esfuerzo vale la pena, pero cuando vemos los resultados, éstos son paralelos. Se les debe abrir los ojos a los padres para que sean más exigentes. No es que estemos en contra de la escuela privada, pero sí contra el prejuicio de que es mejor que la pública, porque no es cierto”.
Dijo que muchas de estas escuelas tienen cuotas muy bajas, “a veces, la única diferencia es que hay papel en el baño y un maestro en el salón; pero esa rústica diferencia engaña a los padres, quienes piensan que esa es una opción suficiente. Esa es una de las muchas razones por las que decimos que la privatización no es una solución”.
La publicación presentada advierte que sólo 4 de cada 10 niños que terminan la primaria tienen los conocimientos adecuados para su edad, es decir, que pueden resolver problemas aritméticos con números naturales y pueden comprender información contenida en textos literarios.