Síntomas de la menopausia

Los síntomas de la menopausia no son iguales en todas las mujeres, ni en tipo ni en intensidad. De hecho, un tercio las mujeres no tienen molestias durante el climaterio.

Los más comunes son:

Bochornos: Es una sensación brusca de calor en el rostro y el cuello, acompañados de rojeces en la piel, suelen terminar con sudores fríos y se presentan en cualquier momento del día .

Alteraciones vaginales: la pared vaginal se vuelve más fina, menos elástica, y la lubricación natural disminuye. Lo que puede afectar la vida sexual ya que las relaciones sexuales pueden ser dolorosas debido a esa sequedad vaginal llamada dispareunia.

Problemas urinarios: el perineo pierde elasticidad. que puede provocar incontinencia urinaria al hacer algún esfuerzo (estornudos, risa fuerte).

Aumento de peso: durante la menopausia es frecuente sufrir un aumento de peso progresivo. Por eso es importante llevar una dieta saludable y hacer ejercicio a diario.

Alteración del estado de ánimo: los cambios hormonales que sufre el cuerpo de la mujer influencían directamente su estado de ánimo y humor, es más probable que se presente la depresión.

Riesgo de osteoporosis: con la disminución de la producción de estrógenos, los huesos se vuelven más frágiles. El riesgo de fractura aumenta.

Enfermedad cardiovascular: con la menopausia, las mujeres están más expuestas a las enfermedades cardiovasculares. Sin embargo la menopausia en sí misma no es causal de este padecimiento.

Cómo tratar los síntomas:

El tratamiento para aliviar las molestias de la menopausia varía de una mujer a otra. Lo más frecuente es que el médico envíe una terapia con hormonas para reducir los efectos de la disminución en la producción de estrógenos.

Es recomendable acudir al médico para que indique la terapia más adecuada en cada caso.

Cómo prevenir los síntomas:

No es posible evitar esta etapa natural en la vida de una mujer. Pero si es posible intentar aliviar las molestias y llevar una vida plena y saludable, siguiendo estas recomendaciones:

Llevar una dieta saludable en la que abunden los alimentos frescos: frutas, verduras, legumbres…

Realizar ejercicio con regularidad y adaptado a la condición física.

Moderar el consumo de alcohol y café.

Abandonar el hábito tabáquico.

Realizar controles periódicos de tensión arterial, colesterol y glucosa en sangre para prevenir enfermedades y complicaciones.

Acudir a todas las revisiones ginecológicas periódicas.

Consultar con el médico cuál es la mejor terapia para aliviar tus síntomas.

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