Por Rodrigo Santillán
En esta ocasión, queremos destacar a Carbon Power México, una Startup de base tecnológica ubicada en nuestro querido municipio de Cuautitlán Izcalli, que está desarrollando soluciones innovadoras para enfrentar uno de los retos ambientales más urgentes: la emisión de dióxido de carbono (CO₂).
Esta empresa busca escalar su tecnología del laboratorio al entorno industrial mediante la instalación de su Planta Piloto Zalli, ubicada en las instalaciones de la cerámica C. Orozco, también en Izcalli. ¿Su objetivo? Aplicar un sistema de Captura y Uso de Carbono (CCU), pero… ¿qué significa esto realmente?
Primero, hablemos del carbono o CO₂e (equivalente de dióxido de carbono). Durante muchos procesos industriales que requieren altas temperaturas —como en hornos donde se queman gas u otros combustibles— se generan emisiones contaminantes. Estas partículas liberadas a la atmósfera contribuyen al impacto ambiental. Las tecnologías de CCU buscan interceptar esas emisiones antes de que lleguen al aire, almacenándolas o transformándolas en productos reutilizables, integrándolos así en las cadenas de suministro o en aplicaciones de la vida cotidiana.
Según datos del World Resources Institute, China lidera las emisiones globales con casi 12 mil millones de toneladas de CO₂e. Le siguen Estados Unidos —que ha mostrado una tendencia a la baja desde la implementación del Protocolo de Kioto en 2005—, India con una curva ascendente, y Rusia con una tendencia más estable. Más abajo en la lista aparecen México y Brasil, los países latinoamericanos con mayor volumen de emisiones.

Elaboración Propia con Datos del World Resources Institute
Aunque México no figura entre los principales emisores, su potencial para desarrollar y exportar tecnología sustentable es enorme. Carbon Power México es un ejemplo de ello. Su propuesta tecnológica consiste en capturar el CO₂ utilizando bagazo, un residuo vegetal que pasa por un proceso de pirolisis para obtener biochar. Después, mediante un tratamiento electroquímico, el CO₂ restante se transforma en etanol, un compuesto muy utilizado en diversas industrias.
Lo que hace única a esta tecnología —comparada con otras similares a nivel internacional— es su eficiencia energética: puede capturar hasta 200 toneladas de CO₂e con un consumo eléctrico similar al de un refrigerador doméstico. Además, su diseño compacto permite adaptarla fácilmente a espacios industriales reducidos.
Esta visión ha sido impulsada por Daniel Cano, fundador y CEO de Carbon Power México, ingeniero químico egresado de la UNAM, quien ha liderado el desarrollo tecnológico desde el laboratorio. Lo acompaña Berardo Mejía, también egresado de la UNAM y actual CTO, especializado en procesos de captura de carbono y producción de biochar. Completa el equipo directivo Rodrigo Santillán, CFO de la empresa, experto en evaluación financiera de tecnologías Climatech e infraestructura.
La Planta Piloto Zalli está por concluirse, gracias al respaldo obtenido en concursos como el Heineken Green Challenge, el Premio Santander a la Innovación Empresarial, y programas internacionales como el Direct Air Capture Program (DAC) y Halcyon Fellowship, todos enfocados en tecnologías Climatech.


Prototipo Zalli y Catalizador
Este proyecto ejemplifica cómo la curiosidad, el conocimiento y la perseverancia pueden convertir una idea científica en una solución real, con potencial de escalar primero en la industria cerámica y, posteriormente, en otros sectores productivos.
El reto ahora es lograr el escalamiento comercial: encontrar los recursos y aliados estratégicos que permitan financiar e implementar esta tecnología de forma sostenible y rentable.
Desde Cuautitlán Izcalli —un lugar que lleva en su nombre la inspiración: “Tu casa entre los árboles”—, surge esta propuesta innovadora que demuestra que el futuro verde también puede construirse desde lo local.

Mi nombre es Rodrigo Santillán, originario de Cuautitlán Izcalli, lo cual ha sido parte fundamental de mi conexión y compromiso con el medio ambiente. Soy Ingeniero Civil egresado de la UNAM, especializado en la evaluación financiera de proyectos de infraestructura, área en la que me desempeño como analista de concesiones desde hace cinco años.