Por Enrique Contreras

Las intensas lluvias provocan inundaciones severas en municipios del Valle de México, como Cuautitlán Izcalli en abril y en días recientes con el desfogue de la presa “El Ángulo”. Estos eventos reflejan que la frecuencia de precipitaciones extremas va en aumento y se vincula con el calentamiento global1. Paradójicamente, la región enfrenta tanto inundaciones como escasez hídrica, con lo cual se debe analizar su gestión hídrica-sanitaria y es aquí donde cobra relevancia el saneamiento descentralizado, una estrategia sostenible.
¿Qué es el saneamiento descentralizado?
En pocas palabras: significa tratar las aguas residuales cerca de su origen (in situ), en lugar de llevarlas a plantas de tratamiento a través de muchos kilómetros de alcantarillado.
Los Sistemas Descentralizados de Tratamiento de Aguas Residuales (SDTAR) están diseñados para procesar, reutilizar o disponer el agua residual en el mismo sitio que fue generada, o en sus proximidades2. Sus soluciones imitan los procesos de la naturaleza con bajo costo y a pequeña escala, por lo que se recomiendan en comunidades que no disponen de acceso al alcantarillado.
Como resaltan especialistas del Banco Interamericano de Desarrollo, las obras de saneamiento deben adecuarse al contexto económico, geográfico y cultural de cada comunidad; por ello se han traducido herramientas como el Compendio de Sistemas y Tecnologías de Saneamiento, con el propósito de ayudar a elegir las opciones más adecuadas.

Tecnologías apropiadas para zonas rurales
Existen diversas tecnologías descentralizadas que ya demuestran su eficacia en zonas rurales de México. Algunas de las principales son:
- Biodigestores: son contenedores herméticos donde microorganismos descomponen la materia orgánica (excrementos, residuos de comida) mediante fermentación anaerobia que produce fertilizantes e incluso biogás aprovechable como energía.
- Letrinas secas: se refiere a sanitarios con una apropiada ventilación que no utilizan agua, sino materiales secos (tierra, aserrín) para cubrir las heces y transformarlas en abono orgánico con ayuda de microorganismos del suelo.
- Filtros de arena: las llamadas aguas grises (de lavamanos, duchas, lavadoras, fregaderos) pasan a través de capas de arena y grava que atrapan partículas sólidas; en conjunto con acción biológica se reducen los contaminantes del agua.
- Humedales artificiales: consisten en estanques poco profundos con capas de grava y plantas acuáticas que filtran y depuran el agua residual de forma natural. Pueden dar servicio a una comunidad completa y, además de sanear, embellecen el paisaje y son hábitat para vida silvestre.
México ha avanzado en la difusión de estas ecotecnologías; el Instituto Mexicano de Tecnología del Agua (IMTA), por ejemplo, ha transferido más de 11,500 tecnologías apropiadas de manejo de agua en comunidades rurales en 11 estados del pais3.

Resiliencia hídrica y cambio climático
En municipios periurbanos, como Cuautitlán Izcalli, la falta de saneamiento descentralizado provoca cuerpos de agua convertidos en caudales o presas de aguas negras. Por otro lado, Izcalli sufre inundaciones recurrentes cada temporada de lluvias intensas, potenciadas por el cambio climático y la impermeabilización del suelo urbano. Pero ¿podrían las soluciones descentralizadas aportar mayor resiliencia?
La respuesta es sí. Por ejemplo, instalar biodigestores y humedales en colonias periurbanas evitaría que el exceso de lluvia colapse el alcantarillado, ya que menos aguas residuales irían a la red principal (muchas se tratarían en cada sitio). Incluso, los humedales artificiales retienen y almacenan agua durante tormentas, liberándola lentamente mientras la depuran. Además, reutilizar el agua tratada (para riego, infiltración o descargas en ríos) reduce la presión sobre fuentes como el Cutzamala en épocas de sequía.
En suma, el saneamiento descentralizado no solo mejora la salubridad cotidiana, sino que contribuye a una estrategia hídrica integral frente al clima cambiante.
Referencias
1 Instituto de Ciencias de la Atmósfera y Cambio Climático, UNAM (2025). Lluvias extremas en CDMX
2 WeAreWater Foundation (2021). DEWATS
3 Gobierno de México (2019). IMTA

Soy Enrique Contreras Lira, egresado y profesor de la Facultad de Ingeniería, UNAM.
Como Ingeniero Civil con estudios de posgrado en Ingeniería Sanitaria y Ambiental, mi labor se ha enfocado en la docencia, gestión académica y generación de estrategias de aprendizaje; así como en trabajos independientes para el diseño proyectos de vivienda y localidades, en sitio y con percepción remota, aplicando los conocimientos de Ingeniería en el desarrollo de soluciones reales, combinando la planeación urbana con criterios técnicos de sostenibilidad para la optimización de sus servicios.