– 44 obras del arte novohispano en esta exposición
Con 44 obras de arte de los artistas novohispanos de los siglos XVI al XVIII, el Museo Nacional del Virreinato (MUNAVI), en Tepotzotlán, inauguró la exposición “Artificios para la Mirada” que estará en exhibición hasta el próximo 26 de febrero del 2017.
Verónica Zaragoza, curadora de la muestra explicó que con esta exposición se busca evidenciar la tendencia descriptiva de la pintura flamenca en obras pictóricas novohispanas del siglo XVII, creada por pintores de la Nueva España, que conocieron y plasmaron diversos lenguajes artísticos de Europa.
Es una muy cuidada selección de 44 obras (óleos, textiles, orfebrería, mobiliario e impresos) que muestran diversos detalles de joyería, encajes y bordados, así como animales, paisajes y arquitectura.
Cabe señalar que la exposición “Artificios para la Mirada” está compuesta por 26 obras que pertenecen a la colección del Museo Nacional del Virreinato, y el resto pertenecen a diversas colecciones como el Museo de la Basílica de Guadalupe, Museo Nacional de Arte (MUNAL), Museo Nacional de San Carlos, Museo Soumaya, Fundación Carlos Slim, y Museo Nacional de las Intervenciones, entre otros.
La muestra estará complementada con una serie de actividades, un ciclo de conferencias, talleres, visitas guiadas y a través de la página web del MUNAVI.
Los artistas novohispanos son artífices de una nueva forma de ver al mundo al crear su propia escuela con sus propias influencias, sin prescindir del modelo europeo. En la actualidad podemos apreciar muchas de las obras de arte novohispano en los monumentos religiosos más antiguos del país.
“Artificios para la Mirada” ofrece una nueva forma de ver el arte de este tiempo, muchas de las obras aquí presentadas soportan una gran cantidad de detalles y cualidades texturales que sólo se pueden distinguir a través de lentes de aumento los cuales serán facilitados para su observación.
La expresión artística de la Nueva España estaba al servicio de la corona española, a los artistas de esa época les correspondió la difícil tarea de plasmar las emociones de una sociedad que apenas adoptaba la religión católica.
