COLUMNA | Economía circular y plantas de tratamiento de agua residual

Por Enrique Contreras

¿Economía circular y el recurso agua?

La economía circular propone aprovechar residuos como insumos de nuevos procesos, cerrando ciclos de uso. En el caso del recurso hídrico, esto significa que el agua residual deje de verse como un desperdicio y se convierta en una fuente de recursos. Diversos organismos internacionales destacan que es necesario un cambio de paradigma: las aguas residuales no deberían ser una carga para gobiernos y sociedad, sino una oportunidad económica​, pues de ellas es posible extraer energía, obtener agua limpia reutilizable e incluso recuperar nutrientes como fertilizantes1.

En pocas palabras, una Planta de Tratamiento de Aguas Residuales (PTAR) moderna puede funcionar como una biofactoría: un sistema que produce recursos valiosos, minimizando residuos e impactos negativos, y capaz de producir su propia energía. Este enfoque conecta la tecnología con la sustentabilidad, transformando un problema ambiental en beneficios económicos y sociales.

PTAR Atotonilco: de desechos a recursos

Un ejemplo destacado de economía circular en el manejo del agua es la PTAR Atotonilco, en Hidalgo. Se trata de una de las plantas más grandes del mundo en su tipo​, diseñada para sanear hasta un 60% del agua residual generada en la Zona Metropolitana del Valle de México​ con una capacidad promedio de 35 m³/s (treinta y cinco mil litros por segundo)​3.

En lugar de ver al agua residual como un estorbo, en Atotonilco se recibe a gran escala y con diferentes tratamientos se generan subproductos que son aprovechados como en una biofactoría:

  • De agua residual a reúso: el agua tratada y desinfectada en Atotonilco se envía a canales de riego para el cercano Valle del Mezquital,​ permitiendo a los agricultores locales obtener cultivos de mayor valor y con una menor exposición a riesgos sanitarios.
  • De contaminantes a lodos y biogás: los residuos orgánicos separados del agua, conocidos como lodos, se tratan en digestores anaerobios (enormes tanques cerrados sin oxígeno) donde microbios descomponen la materia orgánica, generando biogás (principalmente metano)​ y nuevos lodos residuales.
  • De lodos a biosólidos: los lodos se manejan de forma segura, se deshidratan y finalmente se convierten en biosólidos que se disponen en un monorrelleno especial (donde se evita la contaminación al subsuelo) y en un futuro podrían ser mejoradores de suelo forestal.
  • De biogás a energía: el biogás se limpia, almacena y utiliza para mover motores de cogeneración, que producen hasta 70% de la electricidad con la que opera la planta.

Hacia modelos circulares

Entonces, las plantas de tratamiento pueden integrarse a la economía circular del agua, incluso a gran escala. Cuautitlán Izcalli, como municipio urbano-industrial, enfrenta retos similares en el manejo de sus aguas residuales, pues en la localidad existen cuerpos de agua (lagunas, ríos) afectados por descargas irregulares de aguas negras y contaminación por basura​4.

Impulsar modelos de biofactoría a nivel municipal sería un paso innovador hacia la sustentabilidad. De esta manera, se podría reducir la carga contaminante a cuerpos de agua y suelo, ahorrar en consumo energético y contribuir a una gestión más sostenible de los recursos hídricos. En un entorno urbano-industrial, adoptar principios de economía circular en el agua no solo protege el medio ambiente, sino que también puede traducirse en beneficios económicos (energía más barata, menor costo de disposición de residuos) y sociales (agua limpia para la comunidad).

Referencias

1 Banco Mundial (2020). Agua Residual: De Residuo a Recurso

2 Centro Mexicano de Derecho Ambiental (s.f.). Economía circular

3 SEMARNAT – Gobierno de México (2013). Blog: La PTAR Atotonilco beneficiará a más de 700 mil personas de la región

4 Gobierno de Cuautitlán Izcalli (2023). Foro “Recuperando nuestro patrimonio hídrico”

Soy Enrique Contreras Lira, egresado y profesor de la Facultad de Ingeniería, UNAM.

Como Ingeniero Civil con estudios de posgrado en Ingeniería Sanitaria y Ambiental, mi labor se ha enfocado en la docencia, gestión académica y generación de estrategias de aprendizaje; así como en trabajos independientes para el diseño proyectos de vivienda y localidades, en sitio y con percepción remota, aplicando los conocimientos de Ingeniería en el desarrollo de soluciones reales, combinando la planeación urbana con criterios técnicos de sostenibilidad para la optimización de sus servicios.

Dejar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

error: Content is protected !!
Scroll al inicio