Recuerda siempre estar al pendiente de la salud de tus ojos
Los lentes de contacto son actualmente uno de los accesorios que más utilizamos y aunque su uso es muy sencillo, mientras los traemos puestos tendemos a hacer cosas que ponen en riesgo nuestros ojos.
Estos llegan a nuestros ojos porque los manipulamos con los dedos, así que tienen que estar bien limpios para evitar infecciones: lava tus manos con un jabón antiséptico y agua templada, luego sécalas con una toalla.
Si tus ojos arden, tienes visión borrosa o te duele, es momento de cambiar los lentes de contacto, en caso de que tengas una infección en el ojo como lo es que tengan color rojo, te ardan, duelan, lagrimeen mucho o estén sensibles a la luz, no vuelvas a usarlos hasta que esté completamente curada y acude inmediatamente con un especialista.
En ese caso, descansa tus ojos con gafas comunes. Cuando vayas a la playa o al aire libre, cúbrete con gafas de sol para proteger tus ojos y tus lentes de contacto. Lleva sombrilla o usa un sombrero. Al momento de maquillarte, primero póntelos y luego píntate, quítate los lentes de contacto antes de remover las pinturas de tus ojos.
Evita el contacto con el agua: En general el agua puede contener patógenos o contaminantes que causan infecciones oculares, pero la que se encuentra en las piscinas o lagos es capaz de producir una enfermedad más grave, como la queratitis por Acanthamoeba, que en ciertos casos conduce a la ceguera.
No te duermas con los lentes de contacto: En primer lugar no deberías usarlos más allá del tiempo recomendado. Al dormirte con los lentes de contacto tus ojos recibirán menos oxígeno, esto puede conducir a inflamación y abrasiones oculares debido que el estrés oxidativo añadido hace más vulnerable al ojo a bacterias.
Guarda y desinfecta los lentes: Aunque pueda parecerte práctico usar la misma solución de limpieza por más de un día, para ahorrar, al hacerlo incrementas las posibilidades de desarrollar una infección bacteriana. Lo mejor es que tires ese líquido y utilices un poco del nuevo diariamente.
Prueba una solución de peróxido de hidrógeno: Guardar tus lentes de contacto en una solución a base de peróxido de hidrógeno es una manera eficaz de reducir el desarrollo de bacterias. Existen varias marcas en el mercado, por lo que además debes asegurarte las indicaciones que brinde cada una.