– El DIF Municipal les organizó una comida en su honor
A ritmo de rock and roll, faldas satinadas, coronas de reyes y reinas, más de mil 500 adultos mayores de Cuautitlán Izcalli gozaron a lo grande en la celebración del Día del Abuelo que el Ayuntamiento les preparó el pasado viernes en la explanada del Palacio Municipal.
El evento fue organizado por el DIF municipal encabezado por América Rangel Gutiérrez quien ofreció una comida y varias horas de diversión a las “cabecitas blancas” de todos los clubes de la tercera edad de las colonias del municipio.
Rangel Gutiérrez precisó que en la actualidad existen 29 casas del Adulto Mayor en el municipio y recordó que la primera de ellas fue el CAM Lirios en el año de 1998, en la actualidad el total de las Casas de Día del DIF tiene 2 mil 500 socios y en este año fue habilitada la del Polígono San Lucas.
Durante el evento se mostró un video previamente grabado del gobernador Eruviel Ávila Villegas quien saludos a los asistentes y presumió que él también ya es abuelo.
El presidente municipal de Cuautitlán Izcalli, Víctor Manuel Estrada Garibay, anunció una serie de apoyos para los miembros de las casas de la tercera edad del DIF, destacando apoyos para viajes y campamentos futuros, “si quieren ir a Cancún o Acapulco no importa, aquí tienen un amigo que siempre los va a ayudar”.
Después del acto protocolario y la comida en la carpa montada en la explanada municipal, los asistentes dieron rienda suelta a las emociones, con música en vivo de Rock and Roll, salieron a relucir las faldas amponas, las calcetas con holanes, las pulseras floreadas, coletas de caballo y mucho entusiasmo que hicieron vibrar el recinto.
El concierto musical inició con la melodía que en México hiciera famosa Enrique Guzmán: “Tú cabeza en mi hombro”, la pista de baile se abarrotó y al unísono, todo el público presente la tarareaba, otros más se deslizaban en pasos cortos y lentos, pero con ritmo, sabedores de que cuando el cuerpo no se mueve más, el espíritu es el encargado de inyectar esa dosis de energía que en pocos minutos los hizo sudar.
Sin duda, una tarde inolvidable para los cientos de hombres y mujeres que, ni la edad ni el paso de los años les ha quitado el entusiasmo y las ganas por vivir, conscientes de que lo único que el tiempo ha incrementado en ellos, es la sabiduría y la experiencia.